En una reflexión anterior, mencionamos que una de las cualidades más importantes de todo escritor es la perseverancia para culminar una obra de ficción. Escribir un texto, especialmente si es extenso como una novela, no es algo que se pueda lograr de un día para otro, sino que se convierte en un proceso que puede tomar semanas, meses o incluso años. En muchas ocasiones, esta prolongación en el tiempo puede generar desánimo, lo que lleva al escritor a abandonar la obra sin terminarla, generando un sentimiento de frustración y malestar en quien no puede completar la tarea.
De esta manera, la perseverancia se convierte en un factor fundamental para mantener la labor de la escritura hasta culminarla con éxito. La perseverancia nos brinda la fuerza necesaria para sostener la labor hasta alcanzar el objetivo, superando obstáculos, desánimo, procrastinación, desmotivación o cualquier otra cosa que se interponga entre nosotros y nuestra meta.
¿Cómo podemos desarrollar esa perseverancia? Aquí presentamos cinco claves que pueden ser útiles para desarrollarla.
1. Tener una meta clara.
La primera clave es establecer una meta clara que vaya mucho más allá de decir "quiero escribir una novela". Se trata de definir un objetivo concreto a partir de una idea desarrollada y en un plazo específico. Por ejemplo, "quiero haber terminado la novela basada en esta idea en ocho meses". Cuando la meta es clara, es mucho más sencillo establecer un plan de acción que nos permita trabajar en ella hasta alcanzarla.
2. Dividir la meta en tareas pequeñas.
El segundo paso es dividir la meta que nos hemos planteado en tareas pequeñas y concretas que puedan ser realizadas en breves periodos de tiempo. Por ejemplo, "esta semana trabajaré en la primera escena de la novela". Cuando se plantean tareas concretas y pequeñas, es mucho más sencillo abordarlas y mantener la labor hasta completarlas.
3. Establecer plazos para las tareas pequeñas.
Una tarea pequeña puede incluir un plazo corto, lo cual puede ser establecido como un objetivo cercano sobre el cual es mucho más sencillo trabajar. Por ejemplo, "durante cinco días de esta semana, trabajaré en la primera escena de la novela". Esto hace que la tarea se presente como algo concreto que se puede trabajar en un período de tiempo y con ello lograr un avance. Una vez que se completa una tarea, se planifica la siguiente para avanzar hasta que todas ellas nos permitan alcanzar la meta.
4. Establecer horarios y espacios de trabajo.
Una vez que se han establecido los plazos y los tiempos, es necesario encontrar un espacio físico y temporal en el que podamos trabajar de manera aislada, concentrándonos en la tarea. Cada persona conoce sus rutinas, por lo que puede planificar qué parte del día puede dedicar para concentrarse en esta labor. Por ejemplo, "dedicaré una hora diaria, de 10 a 11 de la noche, para trabajar en la escena". Este tiempo debe estar dedicado exclusivamente a la tarea de la escritura, sin distracciones ni interrupciones, lo cual garantizará que podamos concentrarnos y ser productivos.
5. Convertir la escritura en un hábito.
El psicólogo William James afirma que si se mantiene una tarea durante un período de 21 días, esta se convertirá en un hábito. Si establecemos horarios y espacios de trabajo diarios, con el tiempo se convertirán en un hábito que permitirá el avance en la escritura. Esto nos garantizará el éxito para alcanzar la meta planteada.
¿Tienes alguna otra clave para ser perseverante en la escritura?
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