Crear el hábito de la escritura



Así como un nadador aprende a nadar nadando, un escritor aprende a escribir escribiendo. Esta es una de esas profesiones en las que la preparación previa brinda algunos elementos, pero es realmente el ejercicio práctico permanente el que construye al escritor como tal. Desde esta perspectiva, es necesario que quien quiera asumir para sí mismo la profesión de la escritura sea escritor de manera constante.


Uno de los elementos que permite esta construcción del escritor es la creación del hábito de la escritura.


Se entiende por hábito la práctica permanente y constante de una actividad que se convierte en parte esencial de las rutinas y de la vida de una persona. Esto implica que el hábito de la escritura posibilita que el ejercicio de escribir se convierta en algo usual en la vida del escritor.


¿Cómo crear el hábito de la escritura?

Todas las personas son distintas, al igual que sus gustos, intereses y rutinas diarias. Por esto, no existe una única regla o fórmula para crear el hábito de la escritura. Sin embargo, aquí presentamos cuatro aspectos que suelen ser fundamentales para que cada escritor analice cómo establecer su propio hábito:


1. Establecer un horario particular.

Cada persona tiene rutinas establecidas en su vida a partir de los distintos aspectos que la conforman: el trabajo, la familia, el entretenimiento, etc. A partir de estos aspectos, el escritor debe identificar un horario particular para dedicar exclusivamente a la escritura y respetarlo. Aunque la mayoría de estudiosos recomiendan que sea a diario, es comprensible que no todos puedan disponer de una franja específica en el día para escribir. Sin embargo, aunque sea breve el tiempo (por ejemplo, dos veces a la semana o los fines de semana), es necesario establecer un horario y mantenerlo a pesar de las demás ocupaciones que conforman el diario vivir.


2. Establecer un lugar.

Así como es necesario determinar un tiempo particular para dedicar de manera exclusiva a la escritura, también es necesario identificar un lugar y las condiciones necesarias para generar la concentración y la atención pertinentes para escribir. Algunas personas requieren silencio absoluto, otros necesitan no ser interrumpidos, y otros prefieren utilizar música de fondo. Es importante que cada escritor reconozca las condiciones que le permiten un mejor desempeño en su producción escrita. Esto permitirá que el escritor pueda trabajar con mayor aplicación y, con eso, ser más productivo.


3. Establecer los implementos de trabajo.

Aunque pueda parecer algo menor, los implementos de trabajo resultan esenciales en la escritura. Es necesario que cada escritor establezca qué herramientas necesita para escribir: una computadora, conexión a Internet, una libreta de notas, bolígrafos de colores, papeles autoadhesivos para notas, entre otros. Si se tienen los implementos requeridos a la mano, el trabajo podrá ser más efectivo y productivo porque el escritor no tendrá que interrumpir alguna idea para ir a buscar algún implemento que necesita.


4. Establecer un plan de acción.

La escritura es un proceso que inicia con una idea y sigue una planificación previa al acto de plasmar las palabras en un papel, seguido por la corrección y la edición final. Es pertinente asumir todo el proceso y enmarcarlo en un plan de acción que permita ir paso a paso en la construcción del texto, de principio a fin. Esto permitirá tener un horizonte definido y un camino claro para llegar a la meta. Respetar el plan de acción y seguirlo garantizará el éxito del escrito.






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