Cuando finalmente nos decidimos a publicar o mostrar ante otras personas nuestros escritos, existe un pequeño demonio que baila alrededor del hecho para tratar de incomodarnos: el miedo a la crítica.
Para un escritor, lo deseable es que a todo el mundo le guste lo que escribe, que los demás sientan admiración y respeto por su producción textual, y que quede en el recuerdo de los lectores por la calidad de sus obras. Así que una mala crítica se convierte en la antítesis de todo esto, por lo que lo menos deseado y lo más temido es que alguien manifieste una crítica negativa sobre nuestro texto.
¿Cómo lidiar con el miedo a la crítica?
La crítica es algo que siempre va a existir, porque es absolutamente imposible que un texto guste por igual a todos los lectores. Incluso las obras más afamadas en el mundo de la literatura han sido rechazadas por algunos lectores, por lo que no sería extraño que un escritor, ya sea principiante o experto, produzca un texto que potencialmente pueda ser criticado.
Lo importante en este caso es comprender dos cosas: una opinión no es ley y la calidad de tu trabajo no depende de la opinión de los demás.
En primer lugar, a pesar de que muchas personas pontifican sobre sus opiniones personales, debemos ser conscientes de que no pasan de ser opiniones y que no necesariamente reflejan el sentir de la mayoría de los lectores. Por lo tanto, si a un lector no le gusta uno de nuestros escritos, eso no significa necesariamente que a los demás tampoco les vaya a gustar.
En segundo lugar, cuando un escritor está seguro de la calidad de su trabajo porque ha dedicado tiempo y conocimientos a la construcción de un texto, está completamente seguro de que ha entregado una obra digna de ser leída para el entretenimiento de los demás. La seguridad en uno mismo como escritor y en la calidad de su propia obra es más fuerte que cualquier crítica.
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