Uno de los aspectos recurrentes en la escritura de ficción en la actualidad es el recurso a los lectores beta como herramienta para potenciar las cualidades de una obra. Sin embargo, es importante cuestionarse si realmente constituyen una ayuda para optimizar la narración o si más bien podrían convertirse en un obstáculo.
¿Qué es un lector beta?
Un lector beta es una persona que lee una versión finalizada del manuscrito con el fin de ofrecer una crítica fundamentada que permita al autor mejorar distintos aspectos de su texto antes de publicarlo oficialmente. Se trata de un lector de prueba, también conocido como beta reader o pre-lector.
En los últimos años, ha surgido un creciente interés por parte de los escritores en recurrir a la ayuda de lectores beta para identificar las fortalezas y áreas de oportunidad de sus textos, con el objetivo de publicar una obra mejor elaborada.
El proceso es sencillo: un escritor finaliza su manuscrito y lo entrega a uno o varios lectores beta para que lo lean y emitan una crítica. En algunos casos, el autor señala aspectos específicos en los que desea que el lector se centre, como los personajes, acciones o situaciones, escenarios, tiempos, etc. Además, algunos autores proporcionan un formulario o una serie de preguntas para que los lectores respondan basándose en su lectura.
Ventajas de un lector beta
La principal ventaja de recibir retroalimentación de un lector beta es obtener el punto de vista crítico de alguien que es lector del género que se está escribiendo y que, de alguna manera, puede representar la opinión general del público que leerá la obra.
Esto permite optimizar el manuscrito además de las observaciones del lector beta, asegurando de cierta manera la calidad del escrito para el público en general. Asimismo, el lector beta puede ofrecer retroalimentación sobre aspectos como la redacción, el estilo, la identificación de errores que pudieron pasar desapercibidos para el autor, la coherencia de las escenas, la verosimilitud y la credibilidad del texto.
Desventajas de un lector beta
Es crucial seleccionar al lector beta adecuado y llevar a cabo un proceso serio y riguroso; de lo contrario, en lugar de ser una ayuda, podría convertirse en un obstáculo para la obra.
Un error común radica en que algunos lectores beta enfocan su crítica con base en su opinión personal o sus gustos literarios particulares, lo cual no proporciona una perspectiva seria ni profunda sobre el manuscrito y, por lo tanto, no ofrece una retroalimentación razonada y fundamentada. En lugar de ofrecer aportes significativos para mejorar el escrito, esto puede generar desagrado o frustración en el autor, quien quizás no comparta la opinión del lector sobre su obra y además no reciba elementos concretos para mejorar el texto; en otras palabras, simplemente causa incomodidad al autor, quien entregó un manuscrito esperando recibir comentarios constructivos.
Esto sucede porque el lector beta que se eligió no es una persona especializada en esta función; no todos los lectores pueden ser lectores beta, ya que se requiere que tengan una comprensión de la estructura narrativa de un texto, los componentes de la narración y las características del género literario.
Otro error común es no enfocar la atención del lector beta en los aspectos que el autor desea potenciar. Si bien es importante estar abierto a las observaciones de los lectores beta sobre los diversos elementos de la obra, también es esencial dirigir la lectura hacia aspectos concretos o con preguntas específicas para obtener una retroalimentación enriquecedora.
En resumen, un lector beta puede convertirse en una herramienta valiosa para un escritor al proporcionar una retroalimentación previa a la publicación y contribuir al mejoramiento de la obra. Sin embargo, si no se elige adecuadamente o si no se orienta el ejercicio de manera específica, puede convertirse en un obstáculo o generar dudas e inseguridades en el escritor.
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