El conflicto interno: la batalla dentro del personaje



El conflicto interno ocurre cuando un personaje debe lidiar con sus propios pensamientos, emociones, deseos y miedos. Se manifiesta como una lucha interna que lo enfrenta consigo mismo, obligándolo a tomar decisiones difíciles o a reconciliar sentimientos contradictorios. Este tipo de conflicto es fundamental para el desarrollo profundo del personaje, ya que refleja sus dudas y vulnerabilidades más íntimas. A diferencia del conflicto externo, que se manifiesta en enfrentamientos tangibles, el conflicto interno se despliega en el ámbito psicológico y emocional del personaje, lo que lo hace especialmente poderoso y universal. 


 Subtipologías del conflicto interno  


El conflicto interno Puede ser clasificado en varias subtipologías Que se presentan a continuación. 


Conflicto moral: 


En el conflicto moral, el personaje se enfrenta a una encrucijada donde debe elegir entre lo que considera correcto y sus deseos o necesidades personales. Esta lucha entre sus principios y la conveniencia propia pone en juego su integridad, ya que cualquiera de sus decisiones podría llevarlo a una crisis de identidad o arrepentimiento. Este tipo de conflicto añade una profunda dimensión emocional y psicológica al personaje, revelando su verdadera naturaleza y desafiando sus valores más fundamentales. 


Por ejemplo, en Crimen y castigo de Dostoievski, Raskólnikov asesina a una anciana usurera, convencido de que el crimen está justificado. Sin embargo, su conciencia no lo deja en paz, y el sentimiento de culpa lo consume lentamente, obligándolo a cuestionar sus creencias sobre la moralidad y el valor de la vida humana. 


Conflicto emocional: 


El conflicto emocional ocurre cuando el personaje se ve atrapado entre emociones opuestas, como el amor y el odio, la esperanza y el temor, o la lealtad y la traición, generando una lucha interna profunda. Este tipo de conflicto es fundamental en la narrativa, ya que permite explorar la complejidad emocional del ser humano, sus dilemas y contradicciones. Al enfrentarse a emociones tan contradictorias, el personaje revela su vulnerabilidad y humanidad, lo cual facilita que el lector se identifique y empatice con sus dilemas internos. 


Por ejemplo, en Orgullo y prejuicio de Jane Austen, Elizabeth Bennet siente un profundo desprecio hacia el señor Darcy debido a sus prejuicios, pero con el tiempo desarrolla sentimientos románticos hacia él. Este conflicto emocional impulsa la historia, ya que la protagonista debe superar su orgullo y admitir sus verdaderos sentimientos. 


Conflicto de identidad: 


El conflicto de identidad se manifiesta cuando el personaje atraviesa una etapa de duda sobre quién es realmente y cuál es su propósito en la vida. Este conflicto es común en historias de autodescubrimiento o crecimiento personal, donde el protagonista se enfrenta a preguntas sobre sus valores, creencias y aspiraciones, que lo llevan a cuestionarse profundamente. La búsqueda de identidad se convierte en el núcleo de la trama, impulsando su evolución y generando una conexión emocional con el lector, quien también puede verse reflejado en esa exploración introspectiva. 


Por ejemplo, en El guardián entre el centeno de J.D. Salinger, Holden Caulfield lucha por encontrar su lugar en un mundo que percibe como superficial y falso. Su conflicto interno es una lucha constante por entender quién es y qué significa ser auténtico en una sociedad que parece carecer de sentido. 

 


Conflicto de deseo:  


El conflicto de deseo surge cuando el personaje anhela dos objetivos opuestos o incompatibles, lo que lo coloca en una situación de tensión constante. Estos deseos pueden ser de naturaleza emocional, moral, profesional o personal, y la dificultad radica en que elegir uno implica renunciar al otro. Así, se muestra la vulnerabilidad y complejidad del personaje, al obligarlo a tomar decisiones difíciles que pueden cambiar el rumbo de su vida. 


Por ejemplo, en El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald, Jay Gatsby enfrenta un conflicto entre su ambición de riqueza y su deseo de amor verdadero con Daisy, la mujer que representa su ideal de felicidad. A lo largo de la trama vemos al personaje tomar decisiones conflictuadas por la oposición de sus deseos. 


 

Importancia del conflicto interno 


El conflicto interno es esencial porque permite que los lectores conecten emocionalmente con los personajes. Las dudas, miedos y dilemas que enfrentan los personajes son reflejos de las experiencias humanas cotidianas, lo que genera empatía y profundiza la narrativa. Además, el conflicto interno impulsa el crecimiento del personaje, permitiendo que evolucione a lo largo de la historia. La resolución del conflicto interno revela los cambios del protagonista, completando su arco narrativo. 


Por ejemplo, un personaje que comienza la historia con miedo al compromiso y finalmente aprende a abrir su corazón muestra un desarrollo significativo. Por otro lado, si el personaje no resuelve su conflicto interno, puede terminar la historia atrapado en un ciclo destructivo, lo que también puede ser una conclusión poderosa y coherente. 


El conflicto interno añade capas de profundidad emocional a cualquier historia. Mientras que el conflicto externo se enfoca en acciones y enfrentamientos visibles, el interno aborda las luchas psicológicas que dan forma al carácter del protagonista. La combinación de ambos tipos de conflicto genera una narrativa equilibrada y completa: mientras el protagonista enfrenta obstáculos externos, también lidia con sus propios miedos y deseos internos. Esta dualidad hace que el personaje sea más tridimensional y que la historia resuene emocionalmente con los lectores. 




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