¿Qué es el "Show, Don’t Tell" y cómo aplicarlo en mi escritura?



Uno de los consejos más recurrentes en la escritura narrativa es “Show, don’t tell” (muestra, no cuentes). Pero ¿qué significa realmente? ¿Cómo podemos aplicarlo de manera efectiva en nuestras historias? En este artículo, exploraremos este principio, sus características, cómo implementarlo y cuándo es recomendable usarlo. 


 

¿Qué es el "Show, Don’t Tell"? 


El “Show, don’t tell” es un principio narrativo que invita al escritor a transmitir información, emociones y descripciones a través de la acción, los diálogos, los sentidos y el comportamiento de los personajes, en lugar de explicarlo directamente al lector. 


En otras palabras, en vez de decir “Sofía estaba triste”, se trata de mostrar cómo Sofía mira fijamente por la ventana, con los hombros caídos y los labios apretados. Este enfoque hace que la historia cobre vida, permitiendo que el lector experimente lo que sucede en lugar de recibir información de manera directa y expositiva. 


 

Características del "Show, Don’t Tell" 


Para aplicar este principio de manera efectiva, es clave entender sus principales características: 


1. Uso de los cinco sentidos 

 Una escena se vuelve más vívida cuando se involucran la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto. No se trata solo de describir lo que se ve, sino de hacer que el lector sienta la escena. 


2. Acción en lugar de explicación 

 En lugar de decir que un personaje está nervioso, podemos mostrar cómo tamborilea los dedos en la mesa, se muerde el labio o juega con su collar. 


3. Lenguaje corporal y gestos 

 Un personaje que cruza los brazos y desvía la mirada puede estar incómodo o a la defensiva. Sus movimientos pueden revelar su estado emocional sin necesidad de explicarlo explícitamente. 


4. Diálogos con subtexto 

 En la vida real, la gente rara vez dice exactamente lo que siente. Un personaje puede decir “No es nada” cuando en realidad está molesto. Dejar pistas en su tono o en lo que no dice añade profundidad. 


5. Ambientes inmersivos 

 Un buen escenario no se describe con listas de adjetivos, sino con elementos sensoriales y detalles concretos. Un callejón no es solo oscuro y sucio, sino un espacio donde el hedor a basura fermentada se mezcla con el eco de pasos apresurados en la distancia. 


6. Requiere la participación del lector 

 El lector se convierte en un observador activo que interpreta los detalles en lugar de recibir información digerida. Esto genera mayor conexión emocional y hace la lectura más estimulante. 

 


Ejemplo de "Show, Don’t Tell" 


"Tell" (contar): 

 Marcos estaba enojado. 


"Show" (mostrar): 

 Marcos apretó los dientes y cerró los puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Su respiración era pesada, y su mirada fulminaba el suelo. 


El segundo ejemplo permite que el lector vea la emoción en lugar de ser informado directamente sobre ella. 

 


Claves para aplicar "Show, Don’t Tell" en tu escritura 


1. Recurre a los cinco sentidos 


¿Cómo huele la escena? 


¿Qué sonidos hay de fondo? 


¿Cómo se siente la textura de un objeto o la temperatura del ambiente? 


Ejemplo: 

 En vez de escribir "Era una noche fría", podrías decir "El viento helado le cortaba la piel, y cada exhalación se convertía en una nubecilla de vapor". 


2. Utiliza acciones en lugar de declaraciones 


Un personaje ansioso no necesita que se nos diga que lo está. Si está moviendo la pierna sin parar y lanzando miradas al reloj, el lector entenderá su estado sin que se lo digan. 


3. Sustituye adverbios por descripciones más precisas 

 En lugar de escribir “gritó furiosamente”, muestra la furia: “Su voz resonó en la habitación mientras golpeaba la mesa con el puño”. 


4. Usa metáforas y comparaciones visuales 

 Una buena comparación puede decir mucho en pocas palabras. En vez de “Corría muy rápido”, prueba con “Corría como si el suelo estuviera en llamas bajo sus pies”. 


5. Apóyate en los diálogos y el subtexto 

 Un personaje que dice “Estoy bien” mientras evita la mirada del otro y juega con la servilleta demuestra lo contrario sin necesidad de explicaciones. 


6. Evita la sobreexplicación 

 No es necesario describir hasta el último detalle. Deja espacio para que el lector saque sus propias conclusiones. 


7. Aprovecha el contexto 

 Si un personaje llega empapado, con el cabello pegado a la cara y la ropa chorreando, no es necesario decir que afuera llueve. 

 


Cuándo es recomendable usar este recurso 


El “Show, don’t tell” es una herramienta poderosa, pero no siempre es la mejor opción. Se recomienda en los siguientes casos: 


Para generar inmersión: Cuando quieres que el lector se sienta dentro de la escena. 


En momentos de alta carga emocional: Mostrar la tristeza, el miedo o la ira a través de acciones y gestos es más efectivo que simplemente declararlos. 


Cuando deseas que el lector infiera información: Si quieres que el lector descubra los sentimientos de un personaje sin necesidad de que estos sean expresados directamente. 


Para mantener el ritmo y el dinamismo: En escenas clave, mostrar en lugar de contar mantiene la historia viva y atractiva. 


Sin embargo, hay momentos en los que telling es más eficiente, por ejemplo, para resumir información irrelevante o acelerar el ritmo en pasajes sin carga emocional importante. 


 

El “Show, don’t tell” es una técnica esencial para darle vida a tu narrativa y hacer que el lector experimente la historia en lugar de simplemente recibirla. Aplicarlo de manera consciente mejorará la calidad de tu escritura y hará que tus historias sean más envolventes e inolvidables. 


 



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